El DsD tanto en contenidos, en colaboradores, como en influencia, siguió siendo un nano sitio en cuanto a cantidad de lectores, pero la relevancia de quienes lo leían lo impulsó como un portal diario de consulta obligatoria.
Además de las principales redacciones, el DsD logró penetrar en el mundo académico, entre empresarios periodísticos, profesionales de diversas disciplinas que tenían necesidad de comprender la agenda periodística. Entre sus públicos hubo agregadurías de prensa de embajadas, círculos de intelectuales y artistas, y en menor medida, políticos y funcionarios. Algunos decían que era un “sitio de culto”.
La decisión de Alurralde de retirarse del proyecto al recibir propuestas de trabajos más redituables, abrió una transición que en la redacción que la cubrió Carlos Villalba, junto a un grupo de jóvenes periodistas como Gustavo Campana ; Pablo Galand y el infatigable Daniel Amoreo. Todos se pusieron la “camiseta” para sostener el emprendimiento, aun en tiempos donde cobraban tarde y mal de la pyme. De Campana cuenta la leyenda que escribía "dormido" - con los ojos cerrados - mientras se escuchada un leve sonido como si dormitara. Galand se volvió experto en las "novelas policiales del verano". Y Amoreo se cargo productos, servicios y llegó a escribir en el DsD. Curiosamente años mas tarde seria colaborador periodístico de "María Marta, el crimen del country" (HBO Original). Sólo un par de profesionales optaron por irse en esos tiempos difíciles. La experiencia de Villalba en anteriores redacciones impuso una nueva exigencia: de tiempos y calidad. En forma transitoria, participaron Dante Martín y Nico Solmesky, para apuntalar la publicación de Revista x Revista. Y desde La Plata, llegó al DsD, Gonzalo Arias, que empezó editando reportes para clientes públicos y privados y finalmente fue editor del “Nuevo DsD” que se desarrolló en 2008 que incluía una actualización vespertina. Matías Pérez Andrade fue otro de los puntales de esa etapa, editando de acuerdo a cómo cambiaba la agenda. Matias (bautizado como Lucho por Dardo F dado su parecido con el jugador millonario Lucho Gonzalez), provenía de una familia de periodistas históricos del diario La Nación. Lucho era una pequeña joya en el equipo que matizaba su estilo sagaz, con su pasión por la música y el cine. Muchos lo miraban con orgullo: "tenemos a la oveja negra de los Pérez Andrade, y es nacional y popular".
Gustavo Campana
Carlos Villalba
La incorporación de Sergio Aballay fue clave para el nuevo impulso. Aballay tomó primero las riendas del diseño, programación, y su figura y preponderancia en el grupo fue creciendo con el tiempo, hasta incluso manejar las finanzas de un emprendimiento que pasó a la formalidad y adquirió niveles de organización que nunca había tenido. Y su antigua relación con Dardo Fernández generó que la salida del otro cofundador Ignacio Alurralde no resintiera el proyecto.
Por el contrario, en septiembre de 2002 se creó Grupo Consenso SA, cuyo presidente seria -durante más de 14 años- Dardo Fernández, propietario de la mayoría accionaria. En cuanto a los soportes, sistemas y desarrollo web del DsD a lo largo del tiempo, Aballay como diseñador hizo dupla profesional con Gustavo Yáñez como programador, conocido como “el bombero”, y les dieron forma a los sitios del DsD en los buenos y malos momentos que pasó la pymes. Desarrollaron las diferentes interfaces a las que accedían los usuarios y los redactores para cargar los contenidos. Fueron pioneros con la App DsD. Los DsD Córdoba, y el DsD Bonaerense, fueron franquicias en ambos territorios que lograron consolidar la cordobesa Paula Tonoli y el platense Adalberto "Beto" Reinares.
Gonzalo Arias
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